lunes, enero 28, 2008

hace poco soñé...

A veces sueño con personas y a veces esos sueños se han conectado de un modo curioso con encuentros posteriores (no hablo de premoniciones, por supuesto). Hace poco soñé con el Maestro. Mas o menos esto fué lo que conversamos en mi sueño:
-Ansías mas el reconocimiento y la aprobación de los demás que la propia autorrealizacion.
-Me esfuerzo por seguir mi camino en silencio-le contestaba yo.
-Mientras no silencies tu ego y examines tus motivaciones no habrá silencio en tu camino y siempre parecerá que estas esperando algo que nunca llegará.

No recuerdo mas.

Dicen que Siddharta meditaba bajo el arbol cuando Mara, el Demonio de las Ilusiones, intentó vencerle. Le atacó con el sentimiento del Deber y el Apego, con el Desanimo y la Dualidad, con las Ilusiones de falsa realidad, la Ira y el Poder.
Abatido por no haber encontrado un solo momento de descuido en la determinación de Siddharta, Mara envió a sus hermosas hijas: Deseo, Miedo y Codicia. Las hijas de Mara tentaron al Despierto adoptando miles de formas. Le tentaron con los deseos sensuales, presentandose en forma de bellisimas mujeres, trataron de sembrar inquietud y temor en su mente y le tentaron con riquezas inagotables y bienes. Pero Siddharta había ya despertado y su mente libre de toda ilusion era inaccesible a las trampas del insidioso demonio. Mara, airado, utilizó una última treta: se presentó ante Siddharta como su reflejo en un espejo. Era su Ego. Siddharta comprendió entonces que ni su ego ni Mara existen y que realmente no hay mente que liberar. Mara desapareció en ese momento para siempre y Siddharta se convirtió en el Despierto.

Ah que hermosa enseñanza, ahora cubierta de polvo...

domingo, enero 13, 2008

A veces hay que dejar que el suelo se cubra de hojas

Estaba reflexionando sobre lo absurdo que resulta en nuestro tiempo del vegetarianismo por razones éticas en un sitio interesante: //todofluye.wordpress.com/, un interesante blog sobre filosofia titulado "panta rei" (todo fluye). Ahí comentaba cómo la defensa del vegetarianismo de Pitágoras de Samos, muy razonable en su momento, carecía de sentido actualmente.
El caso es que recordé una historia:

Hace mucho tiempo mi padre me hacia limpiar el jardin y el huerto en otoño. Pasaba el dia limpiando y ordenando todo, barriendo, recogiendo cosas, preparando las plantas para el invierno y recogiendo y ayudando en la interminable obra de nuestra casa.
Él revisaba la tarea y decia "no esta bien. Tienes que limpiar mejor. Continua mañana". Así pasaban un par de fines de semana, pues entre semana me dedicaba a las cosas normales de cualquier crio, como ir a clase, donde aprendía mucho menos que en cualquier otra parte y era un tramite que deseaba pasar lo mas rápidamente posible. El caso es que al tercer fin de semana yo estaba cansado y mosqueado, así que dejé de barrer las hojas que cubrian las terrazas y suelo. El vino y dijo "ahora si esta bien limpio". Yo pensaba que durante todo el tiempo me tomaba el pelo y empezaba a pensar que no estaba bien de la cabeza. Entonces me explicó: "lo natural es que en otoño caigan las hojas. Sólo un loco pretende tener su suelo limpio de las hojas de otoño. Déjalas caer y cuando no queden hojas en los árboles, barrelas todas una sola vez"
Supongo que en la vida hay que saber cuando debemos dejar que el suelo se cubra de hojas.

Tambien me dijo mi padre: -Hijo, cuando uno es pequeño siempre piensa "mi padre sí que sabe de todo". Luego, cuando uno tiene tu edad, piensa "mi padre no tiene ni idea. Es mas, igual esta chocheando". Y despues, cuando yo ya no esté en este mundo, pensarás "mi padre sí que sabía...."
Por dios que tenía razón. Aquellas viejas historias de crío, como la nieve del invierno...dan su beneficio en primavera...o mas bien, en este caso, quiza lo den en otoño ya.