viernes, agosto 01, 2008

Ultima practica

Ayer tuvo lugar la última practica en el Dojo de esta temporada. Menos mal, pues practicar a unos 34 grados resulta un poco duro y es facil terminar perdiendo toda estructura y el aliento.

Quiza por ser la ultima práctica, dediqué un rato a reflexionar sobre lo que supone para mi una sesion en el Dojo y me di cuenta de que lo que realmente me gusta es ser un principiante...
En el momento en el que pisas el Dojo y te descalzas, atraviesas una frontera invisible que te separa del mundo. Todo desaparece. Te despojas de tu ropa, de tu nombre, de tu trabajo, de tus pensamientos acerca de las personas, del amor, de la vida y de casi todo. La práctica en el Dojo es como mirarse en un espejo: solo refleja lo que realmente eres. Sin palabras, en el Dojo no cabe otra cosa que "verdad",.. una verdad pura, cristalina. Una transparencia absoluta. Nadie puede disimular en el Dojo: se manifiesta tu forma de ser, tu verdadero desarrollo tecnico e interno, tu modo de afrontar el inevitable error, pues en el Dojo, a diferencia del mundo exterior, el error no es algo a evitar, sino un delicioso fruto a saborear. Dentro del Dojo no existe mas que la vida en si misma, un grupo de personas vestidos igual, iguales, dandose energía y observando como afrontan cada situacion.

A mi me gusta acudir al Dojo del maestro, pues alli soy totalmente libre. En silencio, sin nada que demostrar, sin nada que decir. Solo manejar movimiento, energia... observar el error, observar la postura, observar y elaborar hasta que de pronto todo es absoluta calma y paz y sentir que nada malo puede habitar en el interior del Dojo. Sentir. Eso es.
Hay personas que desean aprender mucho, llegar "lejos", adquirir grados, tener sus propios Dojos, dominar las técnicas... Practica y practican hasta obtener una técnica perfecta. Intentan ir a algun sitio.
A mi, en cambio, me gusta seguir sintiendome un principante, a pesar de los años transcurridos. Practico por la práctica en sí misma. A veces llego a tener una intensa sensacion de "presente". No voy a ningun sitio. No quiero llegar a ninguna parte. Solo me siento libre y todo es perfecto tal y como es.
La práctica del Aikido ofrece mucho a quien quiere ver lo que hay. Y tras la práctica, una sensacion de limpieza que perdura hasta que de pronto las cosas de la vida diaria vuelven a inundar tu mente y tu espiritu como la marea entrando por la bahía.