La flor del almendro contiene en sí misma toda una enseñanza sobre la fragilidad, la impermanencia y la renovación constante. Volver a contemplar el renacimiento de mis almendros, puntuales a su cita de finales de febrero, es una fuente de vida...
Me inspiró a caligrafiar torpemente este poema de Matsuo Basho:
Sobre el aroma de ciruelos en flor
de pronto, sale el sol.
Senda de la montaña...